lunes, 24 de abril de 2017

La grieta, la zanja, el muro.

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Muro es una palabra que se ha vuelto reproba.

El Papa Francisco, por ejemplo, rechazó la idea de "Muro". "Los muros que se alzan contra los otros" dijo el argentino que le rehuye a la Casulla y la Mitra,  y sobre el pucho tiró un valor referencial del encuentro y la voluntad de unir asociado a la imagen de puente: "No tengan miedo de recorrer el camino de la fraternidad y de construir puentes".

Convengamos que para el sano marketing politico la parola muro no debe ser utilizada porque causa mella a las aspiraciones de los contratantes. Salvo, claro, para aquellos a quienes  conviene denunciar la idea de muro como separación de lo que generalmente está unido sin artificios. Por ejemplo el binomio FR+GEN, corporizado en el dueto Stolbizer-Massa, en ese orden (al menos para este simulacro de análisis).

El otro marketing eludió el termino proscrito y reconvirtió el concepto en "Grieta", la separación de una comunidad en dos bandos irreconcilliables. El enfrentamiento de dos guardias pretorianas. Miguel, el capitán en jefe del ejercito celestial, el de amor y luz, contra Satanás, el arcángel del odio y las tinieblas. El retorno del nunca desterrado maniqueísmo. 

Relato, obvio. Construcción narrativa mas religiosa (entrelazando ideas mágico animistas y concepciones morales y religiosas) que política. Necesaria para sumar adhesiones en un sistema de elección de autoridades en el que hay que ser muchos.

La naturaleza humana juega en el calculo de posibilidades de ser de cada candidato.

Es que el 99% de nuestras decisiones se toman con el instinto y no la razón. La supervivencia, el cuidarnos a nosotros mismos en primer termino, la solidaridad queda para despues de saciarm y de sentirme seguro situación que no solo es subjetiva sino que es dificil de lograr.

El político de la grieta no habla de "YO" sino de "vos": "no te va a faltar nada", "conmigo no te faltó nada", "soy rico, quiero que te hagas rica, "no te voy a sacar nada de lo que tenés". No solo de runfla e ideología vive el hombre, el buen marketing es 100% aplicable a la política, esencialmente porque nuestras grandes decisiones, y el voto es solo una de ellas, se toman en base al miedo.

El detestable cerebro de reptil que está ahí. Mas en un contexto de nausea y angustia como el presente.




Si el miedo es el combustible de la decisión electoral de las minorias todavia nos falta(a los efe-erreistas les hablo) nuestra marcha "ni una menos", el miedo a la violencia política como practica cotidiana, digo.

Apuesto, al igual que Alfonsin en 2003, en que el massa-stolbizerismo puede barrer con la polarización tomando como plataforma el miedo que cristinistas y macristas, lanzados a polarizar entre ellos, van a generar en una población de nietos de "ubi bene ubi patria". Son violentos que se enfrentan a violentos, falta ahi la denuncia al pacto sindical-militar.
Mientras esperamos que ocurra, o que el FR-GEN pierda la oportunidad,  leemos
Polarizar la sociedad para ganar una elección. Podrá pensarse que es hipócrita, pero en la Argentina del 32% de pobres, es mucho mas peligroso para el Newman que para el Nacional Buenos Aires apostar todo a la división social. El peronismo y la izquierda contaron siempre, incluso en el marco de programas de ajuste real del salario, con cierto “blindaje” cultural en relación a sus orígenes e intereses de clase, además de organizaciones sociales y sindicales que el peor de los casos funcionaban como vallas de contención políticas del conflicto social. En cambio, la homogeneidad sociológica del PRO -“el gobierno de ricos”- no cuenta con dicha protección, y corre el severo riesgo de superponer la fractura política que promueve por sobre la fractura social argentina que aumenta. Una gran zanja económica además de política, agravada por un creciente populismo punitorio y por la perdida del tabú en lo que refiere a la represión de la protesta social.
Manejar este escenario supone además una lógica de la intensidad que convive mal con otro aspecto del ethos macrista: la “desdramatización”, esa otra promesa incumplida de campaña.
Pablo Touzon en Panamá Revista (clic)

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